Se trata de una conducta normal en los niños, especialmente en los menores de 5 años, edad en la que se establecen los roles sociales y el juego. Si tu hijo es mayor y sigue hablando solo mientras realiza alguna tarea o está concentrado jugando, también es normal, algunos adolescentes y adultos lo seguimos haciendo.
Jean Piaget, importante psicólogo suizo, se refería a este fenómeno como “lenguaje egocéntrico”, él decía que su función era la de integrar al niño en su ambiente y que hablar solo era un mero acompañamiento del juego o de lo que estuviera haciendo.
Cuando somos adultos y estamos ante una situación difícil o de fatiga, el pensamiento verbal puede externarse para ayudarnos a mantener la atención y facilitar la solución de problemas o tareas, esto también podemos observarlo a la hora de estudiar para un examen o cuando queremos hablar con alguien de algo importante.
Cuando somos adultos y estamos ante una situación difícil o de fatiga, el pensamiento verbal puede externarse para ayudarnos a mantener la atención y facilitar la solución de problemas o tareas, esto también podemos observarlo a la hora de estudiar para un examen o cuando queremos hablar con alguien de algo importante.
En los niños es más bueno de lo que crees:
Estudios realizados en la Universidad de Wisconsin-Madison y la Universidad de Pensilvania demostraron que esto es algo bueno para ellos, pues estimula su desarrollo mental, la atención y la concentración.
Además se encontró que esta conducta ayuda a entrenar su lenguaje, sus habilidades sociales y a desarrollar su creatividad ya que al jugar y representar distintos roles, se divierte al mismo tiempo que se pone en el lugar de los demás, esto le ayudará a interactuar con las personas de forma natural y ser más tolerante.
Un estudio publicado en la revista Harvard Business Review destacó que los niños desarrollan confianza en sí mismos y esto trae beneficios en su vida escolar, ya que esta conducta los ayuda a organizarse, optimizar sus ideas y por consecuencia tomar mejores decisiones.
Con el tiempo esto se interiorizará y puede que ya no lo haga en voz alta, pero es una forma de saber que su mente se está desarrollando y está trabajando correctamente, al igual que su imaginación.
Estudios realizados en la Universidad de Wisconsin-Madison y la Universidad de Pensilvania demostraron que esto es algo bueno para ellos, pues estimula su desarrollo mental, la atención y la concentración.
Además se encontró que esta conducta ayuda a entrenar su lenguaje, sus habilidades sociales y a desarrollar su creatividad ya que al jugar y representar distintos roles, se divierte al mismo tiempo que se pone en el lugar de los demás, esto le ayudará a interactuar con las personas de forma natural y ser más tolerante.
Un estudio publicado en la revista Harvard Business Review destacó que los niños desarrollan confianza en sí mismos y esto trae beneficios en su vida escolar, ya que esta conducta los ayuda a organizarse, optimizar sus ideas y por consecuencia tomar mejores decisiones.
Con el tiempo esto se interiorizará y puede que ya no lo haga en voz alta, pero es una forma de saber que su mente se está desarrollando y está trabajando correctamente, al igual que su imaginación.